Lloviendo

Nada prudente lo que finalmente anunciaba, decia que la salida estaba clausurada, pero siempre a destiempo, cuando ya todos estabamos adentro, y sentados en nuestras bancas. Quise levantarme e irme a fumar, me gusta ver el efecto del humo cuando choca con el aire frio en las calles grises de una ciudad cualquiera, en mis viajes siempre lo hago, mas desde que se prohibe fumar en lugares cerrados.

No pude levantarme, paralizado quede cuando una dama en rojo (oh tantas veces habras escuchado la cancion de fondo pero...

Me hago el cafe, me estoy preparando para salir al trabajo, me miro la camisa, y advierto que la corbata no combina, pero antes de cambiarmela miro por la ventana, las gotas de lluvia pegan contra el vidrio, se desparraman, se juntan y se separan, parece un juego de desplazamientos, siempre descendentes, pero con idas y vueltas.
-No lo se, pense que vos estabas con él camino a la legislatura.
pero no escuchaba, simplemente miraba esa batalla de gotas nuevas y viejas, grandes y chicas, marxistas o anarquistas, nunca atendia "pajaros en la cabeza" parece que tenia.

Seguia vivo, si, la legislatura parece que habia aprobado esas medidas preventivas, esas advertencias a tiempo -para evitar tragedias decian- pero nadie las atendia, solo unas semanas duraban los cuidados, y a la normalidad que tanto nos tenia acostumbrado Buenos Aires. Esa mania de esforzarse por hacer las cosas de manera indebida. El asesor estaba ahi, en la puerta con un frio de polo sur, su sobretodo no llegaba a sobreponerlo del azote del cielo, no parecia suficiente, y sus carpetas se chamuscaban entre las gotas (de las marxistas mas que de las anarquistas, aunque algunos comentan que las gotas mas molestas eran las troskistas, siempre separandose siempre dividiendose incalculables) y los retorcimientos.

Me quede ahi, mirandolo desde la ventana, la azotea me acercaba al cielo, al dialogo con la pureza de las primeras lluvias, en su forma primaria.
afuera llovia, seguian las guerras.